Monday, February 6, 2012


Cubrirse el sábado asunto de adoración

De acuerdo a 1 corintios 11

Y

 el espíritu de profecía





Consideremos los siguientes pasajes de la inspiración:



1) Algunos tienen la idea de que a fin de realizar la separación del mundo que requiere la Palabra de Dios, deben ser descuidados en su atavío.  Hay algunas hermanas que piensan que están llevando a cabo el principio de no conformarse con el mundo al usar un sombrero ordinario y el mismo vestido usado por ellas durante la semana, el sábado cuando aparecen en la asamblea de los santos para participar en el culto divino.  Y algunos hombres que profesan ser cristianos consideran el asunto del vestido de la misma manera.  Estas personas se reúnen con el pueblo de Dios el sábado con sus vestidos empolvados y sucios y aun con roturas en la ropa que visten de una manera descuidada.



Estos mismos, si tuvieran una cita con un amigo honrado por el mundo, de quien desearan obtener un favor especial, se afanarían para presentarse ante él con el mejor atavío que les fuera posible; pues ese amigo se sentiría insultado si ellos llegaran a su presencia con el cabello despeinado y las ropas sucias y en desorden.  Sin embargo, esas personas piensan que no importa en qué forma se presenten o en qué condición está su persona cuando en el día sábado se reúnen para adorar al gran Dios (Review and Herald, 30-1-1900). Conducción del niño pg. 403,404.



2)

Mientras nos estábamos preparando para ir a tomar el tren, sentimos una honda y solemne emoción, y convinimos en orar un rato; y al entregarnos de nuevo a Dios, no pudimos reprimir las lágrimas.  Fuimos a la estación con un sentimiento de profunda solemnidad.  Al subir al tren, procuramos acomodarnos en un coche delantero que tenía asientos con altos respaldos, esperando así poder dormir algo aquella noche; pero el coche ya estaba lleno, y pasamos al siguiente; allí encontramos asiento.  No me quité el sombrero como solía hacer cuando viajaba de noche, sino que conservé el maletín en la mano como si esperase algo.  Mi esposo y yo nos comunicamos nuestros singulares sentimientos. Notas Biograficas pg.167,168.



3)

No debiera haber una ostentación inadecuada.

Recordaría a los jóvenes que se adornan y llevan plumas en sus sombreros que, debido a sus pecados, 396 la cabeza de nuestro Salvador llevó la vergonzosa corona de espinas.  Cuando dedicáis un tiempo precioso para acicalar vuestro atavío, recordad que el Rey de gloria vestía una túnica simple e inconsútil.  Vosotros que os fatigáis adornando vuestras personas, recordad por favor que Jesús con frecuencia estaba cansado por el incesante y arduo trabajo y la abnegación y el sacrificio propio para bendecir a los dolientes y necesitados. . . . Debido a nosotros, él derramó sus oraciones ante su Padre con fuertes lamentos y lágrimas.  Justamente para salvarnos del orgullo y el amor a la vanidad y de los placeres en que ahora incurrimos, que nos alejan del amor de Jesús, se derramaron esas lágrimas y el rostro de nuestro Salvador fue marcado por el dolor y la angustia más que el de cualquiera de los hijos de los hombres (Id., págs. 379, 380).



4)

Adornos innecesarios.

Prescindid de los adornos innecesarios y reservad para el adelanto de la causa de Dios los medios así economizados.  Aprended la lección de la abnegación  y enseñadla a vuestros hijos (Counsels on Stewardship, págs. 301, 302). Conducción del niño pg.395, 397.





5)

La sencillez en el vestido.-

Nos acercamos a la terminación de la historia de este mundo.  Se necesita ahora un testimonio claro y directo, tal como se halla presentado en la Palabra de Dios, con respecto a la sencillez del atavío.  Está debe ser nuestra preocupación.  Pero es demasiado tarde ahora para entusiasmarnos en hacer de este asunto una piedra de toque. Los vestidos de nuestros hermanos deben ser de lo más sencillo. . . No me ha sido dado ningún estilo preciso como regla exacta para medir a todos en su vestir. . .

Nuestras hermanas deben ataviarse con  hábito modesto.  Deben vestir con sencillez.  Vuestros sombreros y  vestidos no necesitan los ornamentos adicionales que están puestos en ellos.  Habéis de vestiros con hábito modesto, con pudor y sobriedad.  Dad al mundo una ilustración viviente del adorno íntimo de la gracia de Dios.  Vístanse nuestras hermanas con sencillez, así como muchas lo hacen, teniendo vestidos de buen material, durables, modestos, adecuados a su edad, y no llene la mente el problema del vestido (Manuscrito 97, 1908). El evangelismo pg.202.



6)

Byron Belden, Sarah Belden y la Hna.  May Lacey me acompañaron a la reunión que tuvimos en Prospect [sur de Australia]. . . Cuando salimos de la casa [donde se había celebrado la reunión] notamos que se acercaba la tormenta. . . y echamos a correr con nuestros caballos tan rápidamente como podíamos.  Cuando estábamos por llegar a casa, la tempestad se desató con toda su furia.  Comenzó a caer granizo de gran tamaño. . . El granizo espantó a la yegua porque la golpeaba con fuerza terrible.

Dije entonces: "Byron, desciende pronto. . . Acércate a la cabeza [de la yegua] y háblale.  Los caballos deben saber que no eres tú quien los castiga".  Al oír esto, bajó en seguida.  Yo añadí: "May Lacey y Sarah, salgan".  Lo hicieron. . .

Yo salí a continuación; May y Sarah me ayudaron. . . El viento soplaba con tal fuerza que nos arrancó los sombreros de la cabeza y se llevó los almohadones del coche.  Los pesados cojines del carruaje, los paraguas, y las espesas mantas de viaje cayeron al suelo y volaban en todas las direcciones. . .

¡Qué escena! La Hna. Belden, May Lacey y yo llegamos a casa sin sombrero. . . Byron estaba con la pobre potranca aterrorizada. . . Sólo pudimos elevar nuestro corazón a Dios en procura de ayuda. . .

Maranatha el señor viene pg.282.





El sombrero especialmente el sábado



7)

“Al par que las visiones han reprendido la imitacion de las modas del mundo, tambien han reprendido a los que eran descuidados en cuanto a sus vestidos, y al aseo personal. Me ha sido mostrado que, especialmente los que profesan la verdad presente, deben tener un cuidado especial en presentarse hante Dios en Sabado, de una manera que demuestre respeto al Creador, que demuestre que santifican ese dia, y que lo honran de un modo especial todos los que sienten respeto por el Sabado deben ser cuidadosos en su aseo personal, pulcros y ordenados en el vestir; porque han de conparecer delante de un Dios celoso, a quien desagrada la falta de limpieza y orden, y que toma nota de toda falta de respeto. Algunos han creido que no debe llevarse en la cabeza mas que una sencilla papalina. Y creen que cualquier otra cosa esta fuera de lugar. Los tales van al extremo opuesto. No puede llamarse lujo, el llevar un lindo pero sencillo sombrero de paja o de seda. Nuestra fe llevada a cabo de esta forma nos conducira a ser tan sencillos en el vestir, y tan celosos de las buenas obras, que llegaremos a ser singulares” pero cuando perdemos el gusto por el order y lo correcto en el vestir. Virtualmente dejamos la verdad, porque ella nunca degrada, sino que eleva. Los no creyentes miran a los observadores del Sabado como personas descuidadas, y cuando estos descuidan su  modo de vestir, y adquieren modales incultos, su influencia fortalece el concepto de aquellos. T.1.275 Estudios Escogidos de los Testimonio. Pg.255-256







MIGUEL MARTIN

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